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domingo, 31 de octubre de 2010

Lunas de ceniza

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro


Fluye de lumbres recordadas
un sahumerio de amor, un vaho
dulce que brota en la ceniza.

Lunas de ceniza

Habito el corazón
de este boscaje denso
que, a la hora del frío y de la muerte,
depone sobre mí
sus alamares rojos.

Por el calvero de las ramas
desciende una gavilla cenital
de sables infinitos
que inundan de color
el horizonte oscuro de la leña.

Y miro hacia esa luz de amanecida
que, al dorso del ocaso,
ha vertido la paz
en los regueros de la sangre.

Las hojas caen como
lenguas lentísimas de otoño,
y dejan en el barro
sus auroras de luz, sus altas
lunas de incendio y de ceniza.

Mariano Estrada. Del libro Hojas lentas de otoño (1997)

jueves, 28 de octubre de 2010

Gotas de hielo

Fotografía tomada de internet sin ánimo de lucro


Gotas de hielo

Soy un agua apresada en el dolor,
un hombre con el llanto suspendido.

No hay nada en apariencia
que me impida llorar, pero no lloro.
Y, sin embargo, cuánto
me gustaría desahogarme, cómo
se acurruca mi corazón
en esta esquina íntima
de oscuridad y desconsuelo.

Cuántos abrazos enterrados
en esta alfombra seca, en este
rincón de pena amontonada.
Cuántos besos cubiertos
por esta grieta extensa
de sequía y de limo.
Cuánto amor sumergido bajo el polvo
en que se ha convertido esta derrota.

Me siento un hombre vano,
que no sabe qué hacer
ni a dónde ir ni cómo administrar
este dolor sin asidero
ni precedente, casi
ya sin remedio ni templanza.

Tras esta noche oscura,
de fríos y apretados nubarrones,
las gotas de dolor
que arroje sobre mí
una nube de llanto incontenible,
no harán charco en mi vida,
pues mi vida está llena del vacío
que ha dejado el amor
al convertirse en hielo.

Mariano Estrada
Del libro Gotas de hielo (2011)

martes, 26 de octubre de 2010

Otoño

Álamos en Quintanilla de Justel. Foto JMPiña

Otoño

Acaso por ausencia de meditación, o tal vez por asociación inconsciente con el tiempo luctuoso de los difuntos -entre los que tengo muy cercana familia-, siempre había creído que el otoño era una magnífica metáfora de la muerte. Y, en efecto, el vientre de las Horas se derrama en un color de tierra, el día es gris, la lluvia minuciosa, la tarde adquiere texturas de frescor, de oscuridad, de melancolía... Y las hojas caen, finalmente, aunque antes revisten de belleza la inminente desnudez de los árboles.

viernes, 22 de octubre de 2010

Lluvia

Fotografíia de Gustavo Miranda

Ver el PPS de Mar:

Ver el PPS de Victoria Vasilof:


Lluvia

Esta lágrima extensa
que ha colgado la lluvia en el paisaje,
no es ya rezumo del dolor, es riego
lento que abraza la ceniza.

Este pálido gris, este
cuerpo de luz convaleciente,
ha dejado en sus íntimos cedazos
pretéritos granzones de tristeza.

Esta linfa del tiempo
ha devuelto al presente el bienhadado
color de la fertilidad
-que es un tono del agua y de la tierra-,
y ha binado en mis ojos
un reguero de vida, un hondo
cauce de sangre y de esperanza.

Y yo recibo el vaho de esta nube
como un beso de madre, un alba
que contiene la luz y la memoria.

Del libro "Poemas huérfanos"

Río Fontirín, Muelas de los Caballeros. Foto JM Piña


Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
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miércoles, 20 de octubre de 2010

La caricia

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

La caricia

Desde hace muchos años
he tejido mis noches
con el hilo tenaz
de la ilusión y la esperanza.

Pero la luz de cada día
-que es de materia insobornable-,
le da tal claridad a la mañana
que todos los castillos
levantados se desvanecen.

sábado, 16 de octubre de 2010

Tristeza

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

Tristeza

No me dejes aquí,
en esta noche larga,
que ha llenado mis ojos
de oscuridad, de frío, de intemperie.

jueves, 14 de octubre de 2010

Quiero volver a ese mar

Fotografía de Fernando Medrano


Quiero volver a ese mar


Yo tengo toda mi pena
en esta playa de arena,
en este mar de color.

Donde tus pies anduvieron,
cuando tus ojos me hirieron
para llenarme de amor.

Y para andar,
quiero volver a ese mar.

Recuperar el momento
en que tu amor, como el viento,
bebía de este lagar.

Quiero volver a ese mar.

Y prolongar el sendero
de aquel amor prisionero
de tu forma de mirar.

Y caminar,
 y caminar…

Ganar el acantilado
del que me vi despeñado
por un oscuro cantar.

Con otra voz.
Hacia otro mar.

El cantar de una sirena
que me dejó en esta pena
que yo pretendo enterrar.

De la serie “Poe-canciones”
Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios

lunes, 11 de octubre de 2010

¿Cómo puedo cantar?

...la extensión interminable del salón, la luz escasa, el frio insoportable de la casa...

¿Cómo puedo cantar?

             Poe-canción atribulada


¿Cómo cantarte una canción,
con tanta decepción
como he sufrido?

Todo recuerda que te has ido:
la cama, la extensión
interminable del salón,
la luz escasa,
el frío insoportable de la casa.

Tú eres la leña sin quemar,
estás en todas partes sin estar
y mi dolor no pasa.

¿Cómo puedo cantar?

¿Cómo puedo cantar, si la cabeza
me duele de locura y de tristeza?

Porque es de locos verte sin parar,
de lugar en lugar:
en la boca del metro,
en la orilla del mar,
en la barra alargada de algún bar...

Que si estás, como Dios, multiplicada,
tan sólo es en mi frente enamorada:
que vive sin vivir,
que muere de esperar,
que vierte con dolor
este llanto de amor
que ahoga a una canción sin empezar.

¿Cómo puedo cantar?
¿Cómo puedo cantar?
¿Cómo puedo cantarte una canción?

De la serie “Poe-canciones”

Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
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Poemas recreados: http://groups.google.com/group/paisajes-literarios

domingo, 10 de octubre de 2010

La resistencia




Fotos tomadas de internet sin ánimo de lucro
  



















La resistencia

Ayer,
mientras llegaba el ascensor,
me dijo mi mujer:
No puede ser, mi amor,
tanto comer, tanto beber...
eres algo mayor,
¿has ido ya al doctor?

Y yo dije que sí, que sí,
que sí, que sí, que sí, que sí...
Y así se complació y
 me complací.

¿Y qué te recetó?
-dijo con ciertos aspavientos-
Pero yo no perdí la compostura
y respondí:

Cordura,
o sea, precaución.
Y aparte de unos diez medicamentos,
nombró determinados alimentos,
que se encierran en dos:
el bueno la verdura,
el malo el salchichón.

¿Y el feo?
Ése, digámoslo en hip-hop:

Pescado sí, chorizo no,
tortilla a la francesa,
espárragos y col.

No fumes plus, no bebas more,
olvida los mariscos
que dan colesterol.

Como saben los viejos
las grasas y los dulces, lejos.
Las tentaciones, fuera…

¿Y  la ternera?

¡A la basura! -dijo el cura-
tan sólo por comer de la asadura.

Consuélate con te,
con te, con te, con te, con te...
Convéncete con te,
con te, con te, con te, con te...

Mujer,
pero a la hora de comer
¿ni un vinito de Rueda?

Ni medio tan siquiera.
La dieta es un deber
que no puede saltarse a la torera.
Ya me tienes a mí
aquí, aquí,
aquí, aquí, aquí...
para apoyarte en lo que fuera
o fuese menester.

Adiós doctor,
-le dije a mi mujer,
mientras dejaba el ascensor-
Y, ardiendo de placer,
corrí hacia la nevera...

En la nevera había,
desde la hora del almuerzo,
vino tinto del Bierzo,
una cerveza fría,
un cava de primera
y un espléndido queso de Castuera.

Después un whisky doble
logró que me sintiera
tan fuerte como un roble.

¿Café, señor?
Pues sí, feliz idea.

A cierta edad, doctor,
la contención es buena,
y su consejo noble.
Pero una noche loca
¿a quién le viene mal
para endulzar la boca?

Y tras cenar
calamos en un bar
de gran ambiente,
había mucha marcha, buena gente
incluso alguna diosa
de carne elemental, ornamental,
sublime, fulgurante, escandalosa.
¿Escandalosa, pibe?
No pares, sigue, sigue,
no pares, sigue, sigue…

Y yo me vi capaz
de cualquier cosa:
amar, querer...
emborracharme de placer
y contemplar la rosa.

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

lunes, 4 de octubre de 2010

El rincón elegido

Villajoyosa, entre el Montiboli y en Charco. Foto Mariano Estrada

El rincón elegido

¿El futuro? No sé,
tampoco quiero nada
que no se encuentre en este
trozo de mar delimitado
por el campo de luz de las pupilas,
en este espacio mínimo
de tierra, en el que caben
los sueños, el dolor, las rosas.

sábado, 2 de octubre de 2010

Alma de noche

 Fotografía de 1973, recién llegado a Villajoyosa, en el barco de Miguel Ángel Martínez
                            


Alma de noche
Montiboli, Villajoyosa


Salen los barcos a la mar,
como pelillos
de vieja discusión
que dejan en el aire
una ruidosa sinfonía:
run, run, run, run…

“A la mar que te vayas,
querido Pepe”...

¿Sales a despedirme, Ausentia,
o es que te gusta este vaivén
de madrugada, este runrún
de barcos al trantrán?

En menos de dos horas
saldrá también el sol
y, con el sol, los cuernos
parsimoniosos de los caracoles,
los cantos de los gallos, las sensibles
antenas de las mariposas,
las primeras toallas
de los turistas…

Luego sale la prensa
de papel: ra-ta-ta-ta-tá…
que inunda los kioscos
de información,
de anuncios, de cotilla,
de teléfonos de contacto…

Sale el tren, sale el autobús,
sale la gente de sus camas,
de sus casas, de los panales
de miel de sus colmenas,
de la boca del metro,
de las rampas de los garajes,
del orujo del bar…

Salen nuevos iconos
en las televisiones
nacionales, locales, autonómicas,
públicas o privadas.
Y sale Ana Obregón, cuya vitola
de biología arborescente,
huele a gastada primavera.

Y ya, como esperanza colectiva,
salen los números premiados
de la loto de Cataluña,
salen los ciegos, las quinielas,
sale la lotería nacional,
sale aquello y aquello…

Y así, sale que sale,
todo sale for sale.
¿Comprende usted?
Si no sale, no vende, pero, entonces,
¿de qué trata la trata?

¿Estás a la que sale, a la que salta,
a la que vende o a la que te meto?

Mi estado es tuyo, hermano, pero tú
¿Cuándo saldrás de esa salmodia,
en la que siempre estás salido,
si bien se mira?

Sal, ido,
si bien se mira.

Sal de una vez, si quieres.
De Santa Pola.
En El Saler, pimienta.

Y del armario, sales
gordas de frutas. Vamos,
si es que te sale del salero,
que lo tienes, y mucho.
En las viejas salinas
de Guardamar.

Huelo el alba, los barcos
se alejan al trantrán.
Me gusta este runrún mientras me duermo.

Del libro “Las orillas del mar”
Agosto, 2008

Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
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