Buscar este blog

martes, 8 de febrero de 2011

Aterriza en mi ser

Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

Aterriza en mi ser

De la serie que hemos llamado “Poe-canciones” (*), tal vez sea ésta la que tiene una mayor carga amorosa desde el punto de vista pasional. Es más, yo creo que jamás había extraído de las profundidades telúricas una pasión tan aparatosa. Y hasta creo que tampoco sabía muy bien que podía tener dentro esta fiera, por lo que yo soy el primer sorprendido. ¿Sorprendido? Vamos, Vulcano, ¿no has sido tú el que ha dejado en el monte esta estela de ramas encendidas?:

Explora las oquedades ciegas de la carne con los impulsos incontenibles del deseo. Apaga los volcanes de la piel con la humedad dulce de la lengua y de los labios mojados y carnosos

¿Qué es lo que te sorprende, entonces? ¡No nos vendrás ahora con remilgos de alondra alicaída o de azucena tronchada!

Y lo más sorprendente de todo es que lo he hecho desde la óptica femenina, o sea que me he metido en la piel de la mujer. ¿Por qué motivo? Pues no lo sé, pero tampoco es la primera vez que lo hago. Tal vez crea que es en la mujer donde el fuego se materializa con más intensidad y de forma más elocuente. ¿Intuición, enciclopedismo, experiencia personal y personificada? ¡Ah! Eso lo mantendremos como incógnita, que siempre deja un halo perturbador (Ahora se dice morbo). Lo único que quiero añadir es que, cuando arde una mujer, todo un universo se quema: los muebles, los adornos, las braguetas liberales y progresistas, el puritanismo de garrafón y las charreteras de Marte. Por ejemplo.

(*) La citada serie se convirtió posteriormente en el libro Poecanciones de amor (2013)


Aterriza en mi ser.

Muere de amor y borrachera.
Arrójate en el fuego de esta hoguera
en la que arde mi piel.

Muere sin fin y resucita
mil veces, para amarme
mil veces cada vez.

Ahógate de mí, muere de vida,
disuélvete en la herida
del querer.

¡Aterriza en mi ser!

Ofrécete con alma irracional
y enloquecida,
dilúyete en la lumbre del placer.

Derróchate en un beso permanente,
entiérrate en mi vientre
de mujer.

¡Aterriza en mi ser!

Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios

6 comentarios:

  1. "Muere sin fin y resucita
    mil veces, para amarme
    mil veces cada vez".
    Mariano, que lindura, me enamorò!!!.
    Sì, es que no se muere de amor, Se ama hasta morir.
    Gracias por dejar tus sentires en tu poesìa.
    Un besito.
    Celina.

    ResponderEliminar
  2. Hola, Celina:
    Si viviéramos siempre enamorados habría menos maldades en el mundo. Los empresarios serían más honestos, menos avariciosos y los políticos llegarían a acuerdos que redundarían en beneficio de todos los ciudadanos, no sólo de ellos mismos y de los amigotes.
    Pero ya sabes que los empresarios y los políticos tienen el corazón en una erótica heavy: la del poder y del dinero. Y eso engancha como la más fuerte de las drogas.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. La moral sexual impuesta por políticos y sacerdotes de cualquier época,no sirvió para aplacar los furores lascivos, ni la sensualidad de hombres y mujeres -y menos en los tiempos que corren- pues, "sin amar y sin yantar nadie puede pasar".
    Tórrido el poema, Mariano, poeta enamorado.
    Un abrazo. Ascensión

    ResponderEliminar
  4. Cierto, Ascensión. Pero yo no hablaba de sexo, sino de enamoramiento, ese estado un poco zombi en el que nos parece que to er mundo é güeno.
    Pues bien, mi deseo sería que ese estado se diera en los políticos y los empresarios y se mantuviera para siempre. A ver si trabajaban de verdad por lo que debieran trabajar, por lo que dicen que trabajan.
    Al clero lo podemos incluir y hacemos un tripartito, pero los tripartitos suelen llevar a la ruina. Véase cómo han dejado a Catañuña. De todos modos, el clero mantiene el celibato y está en franca decadencia.
    Que se enamoren los políticos perdidamente. Y los empresarios también. A ver si se rebajan los privilegios para que puedan comer los parados de larga duración, al menos ésos cuyas familias ya no tienen a nadie en el tajo.
    No sé si me explico.
    Gracias, Ascensión. Sé que tú hablabas en serio.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. un poema lleno de sensualidad, hecho desde el punto de vista femenino, gracias por compartirlo, saludos!

    isella valencia

    ResponderEliminar
  6. Hola, Isella: hombres y mujeres podemos ser fuego en determinados momentos de la vida. Y no es que crea que el hombre no arremete con los cinco sentidos, sino que creo que la mujer lo hace con seis. Tal vez por eso me puse en el lado femenino para fotografiar el instante.
    Pero tal vez el instante haya quedado sólo esbozado. Un abrazo

    ResponderEliminar