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sábado, 27 de octubre de 2012

Otoño: hojas de dolor y de gozo




Foto tomada de internet sin ánimo de lucro


Otoño: hojas de dolor y de gozo

A mis padres y hermano

Las hojas caen como
lenguas lentísimas de otoño,
y dejan en el barro
sus auroras de luz, sus altas
lunas de incendio y de ceniza.

Por encima del mármol

Por encima del mármol,
que responde a la causa del dolor
con un eterno frío,
sobresale la íntima
belleza de este otoño triste.

Y más que la nutrida humanidad
o compartido leño
en que el dolor se envuelve,
me abruman las calladas
esencias de esta antigua tierra:

Esas hojas de roble, esos
tonos maduros del castaño,
ese brezo que incuba
esplendores de miel y colorido,
el humero feraz
en que consiste el agua...

A esas cosas respondo,
porque esas cosas son, no el mármol,
las cenizas más nobles
donde pueda guardarse una memoria.

 
Reversión

Un frío intestinal
se contrapone a esta belleza
de lenguas vegetales
que arropan el dolor
con los colores del otoño.

Rodeando las lágrimas, un viento
liviano, casi imperceptible,
agita el matorral
que representa a la memoria,
y arranca de sus cepas
calurosos tizones de familia.

De este modo,
los mármoles recientes se deslíen
en un vasto recuerdo:
el de un tronco de lumbres apretadas
que ha esparcido en los árboles
            el beso largo de la leña.

Del libro “Hojas lentas de otoño”

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

5 comentarios:

  1. QUE BELLO ,MARIANO,ESAS METÁFORAS:CALUROSOS TIZONES DE FAMILIA Y EL BESO LARGO DE LA LEÑA

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  2. ""Hojas lentas de Otoño""

    Hojas de dolor y de gozo...

    Ay,, es precioso!

    Duele...

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  3. Hola, Marisol: hay momentos en mi memoria en que la familia es inseparable del fuego. Son momentos de aquellos inviernos rigurosos en los que todos nos reuníamos en torno a la lumbre, en la vieja cocina familiar.
    Gracias y un fuerte abrazo

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  4. Hola, Ángela: la existencia del dolor no implica necesariamente la ausencia del gozo, sino que a veces pueden ir de la mano y dejarse sentir al mismo tiempo en el alma. Por ejemplo, en el entierro de mi madre yo estaba sintiendo el dolor de su muerte y el gozo de un paisaje de robles en otoño que me transportaba a la niñez y a la familia y a la vieja cocina de la casa donde había un fuego de leña precisamente de roble.
    Un abrazo

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