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domingo, 28 de julio de 2013

Una mirada por el retrovisor. Cuarta parte


Mariano Estrada, año 2000



Una mirada por el retrovisor. Cuarta parte

Frases y versos: jirones de la vida 14

1.- Envejecimiento en pareja:

De unos años acá, se ha hecho imprescindible la aportación de  dos sueldos a las necesidades económicas de la familia, cosa que, paradójicamente, ha contribuido a su disgregación de una forma abultada. Esta es la razón, supongo, por la que la Poesía no me ha dado el portante. ¿Cómo iba a hacerlo si, lejos de engordar el procomún, la pobre no dispone de un mayor beneficio? A estas alturas, y más por el camino que vamos, casi estoy seguro de envejecer junto a ella, hecho realmente delicioso del que hoy suelen darse muy salvos ejemplos. (1996)


2.- Cómputo:

En el libro de las penas y alegrías, tú computa las tuyas, yo las mías. (2008)


3.- Puede uno llegar a arrepentirse del tiempo dedicado a escribir?

Quizás haya una edad para el arrepentimiento, pero a mí no me ha alterado aún la disposición originaria de las células. Es más, desde esta edad de ahora, cuarenta y nueve años cumplidos, yo no puedo sentirla como mía,  ni siquiera en un remoto  futuro.  Las cosas  con las que no me siento conforme, que son muchas, son también aquellas de las que uno no puede arrepentirse cuerdamente: la vellosidad excesiva, el riñón único, la necesidad imperiosa del trabajo,  la estatura... Puede ser que un día me arrepienta de las horas que, por cuenta de vivir, me  he pasado escribiendo. Puede ser, incluso,  que las llore en un poema íntimo y sentido. Pero no será un recuelo de verdad,  o no del todo, pues más verdad es  la vida del presente y ahora mismo me ocurre que, si dejo ahogar la voz en la saliva, soy un hombre infeliz. (1996)


4.- Actualidad versus posteridad:

Cualquier escritor, pensador o poeta puede apaciguar su ego remitiendo sus trabajos no al arbitrio de un presente efímero, sino al reposado veredicto de la posteridad, pero debe ser consciente de que si la posteridad no le recuerda, habrá trabajado en vano.
Tal es el caso de Marie Jeanne Roland, revolucionaria francesa que encomendó sus memorias a una posteridad imparcial, pero el tiempo ha impuesto sobre ellas una pesada losa de silencio, como se encarga de recordarnos Albert Camus en “El mito de Sísifo”. Para Camus, la posteridad es una eternidad irrisoria.
Tal vez a nosotros nos parezca que escribir para la posteridad es absurdo. Y lo sería realmente si el hecho en cuestión pudiera ser despojado de la esperanza. (2012)


5.- Frase de libro:

Tómame en tus manos, ábreme, penétrame, recórreme… Y yo sabré compensarte con el placer. (2012)


6.- Sexus et pecunia

No deja de ser curioso, y hasta puede que sea incomprensible, el hecho de que el hombre se empecine en reducir a dos no los mandamientos divinos,  que esos ya habitan  los sobrados y las cacharrerías, sino los nervios vitales que surgen de la tierra del crecimiento. ¿Por qué el amor, que abarca el erotismo y las flores, ha de recluirse en el bandullo séptico de un obrador de Vulcano? ¿Por qué la voluntad, definidora y libre, se ha de someter a los exergos elementales de la moneda? (1996)

7.- Un puente en ruinas, metáfora de la crisis:

Me ha causado tristeza contemplar los despojos de un viejo puente de madera por el que yo pasé muchas veces de niño, de joven e incluso de mayor. Sin embargo, soy consciente de que este derrumbamiento deplorable, causado por la desidia y el abandono de los hombres, es apenas una metáfora de algunos otros puentes que lamentablemente ha roto la crisis. Me refiero a los que ponían en contacto a la pobreza con las orillas del bienestar. (2012)

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

2 comentarios:

  1. ... "Si la posteridad no le recuerda, habrá trabajado en vano", dices, amigo Mariano, en el cuarto epígrafe. Interesante asunto, digno de discutir con pausa. ¿Estás seguro que sería un trabajo vano? Yo no lo creo en absoluto.
    Muy sugerentes, como siempre, tus últimas meditaciones y disquisiciones.

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  2. Hola, señor Anónimo: me gustaría saber con quién hablo...Digamos que me encontraría más cómodo.
    Verás, si alguien escribe para la posteridad y la posteridad no le recuerda ¿Para quién ha escrito entonces? Es de suponer que si escribe DECLARADAMENTE para la posteridad, como es el caso de Madam Roland, no lo hace para el presente, tal vez porque en el presente no tenga lectores. ¿Escribirá para sí mismo? ¿Para los amigos, familiares y allegados? Pero en ese caso no tiene sentido que escriba para la posteridad...
    Lo que sí ocurre a menudo es lo contrario, que alguien escribe pensando solo en el presente y, mira tú por donde, va la posteridad y lo recuerda.
    Un abrazo

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