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sábado, 10 de agosto de 2013

Una mirada por el retrovisor. Novena parte

La espada de Damocles. Tomado de internet sin ánimo de lucro



Una mirada por el retrovisor. Novena parte

Frases y versos jirones de la vida 19

1.- Los políticos y la corrupción

Los políticos deberían estar muy bien pagados, incluso excelentemente pagados por el normal desempeño de sus funciones, pero también deberían tener sobre sus cuellos una espada afilada y especialmente sensible: “Damocles, baja, que este ha metido la mano donde no debía” ”Damocles, descuélgate, que este ha cometido una prevaricación bochornosa” “Damocles, desciende, concreta tus constantes amenazas y cébate en la sangre de estos listos que se han llevado la pasta a través de una persona interpuesta” “Damocles, cae de una vez y corta la avaricia de los que se ponen al servicio de los ciudadanos hasta que encuentran la manera de hacerlo justamente al revés: servirse de ellos y, si llega el caso, sodomizarlos, aunque sea metafóricamente”. (2006)


2.- La ilusión

La ilusión es la mula que resiste todos los palos, todas las hambres y todas las zancadillas. Allí donde hay ilusión habrá siempre un Quijote. (2010)

3.- Quien lo probó lo sabe.

¿Y por qué, si podemos respirar, estamos conteniendo el aliento? ¿Hay veneno en el aire? ¿Estamos bajo el agua? ¿Hay algo tan excelso o tan grave que nos haya cortado la respiración? ¿Necesitamos licencia de algún organismo de la vida?  No, tan solo es ese beso en ciernes que, por unos larguísimos instantes, no nos atrevemos a dar. (2012)

4.- Lo que toco mejor es el violón.
Es verdad que he tocado muchas cuerdas. Toqué una vieja guitarra que, teniendo talle de flor, acabé abandonando en un trastero. Toqué la flauta, pero vi que las pastoras preferían el rabel y las urbanitas suspiraban más bien por el contrabajo en los salones de jazz. Toqué la armónica, pero ella era casta y pura y no quiso que pasáramos a mayores. Canté en un coro, del que tuve que distanciarme por exigencias de la vida. Tengo un oído excelente, pero sufridor: mi voz, que valía para acompañar, fue dañada en alguna de sus cuerdas por el ejecutor de una innecesaria gastroscopia, que es la cosa más tonta  que me he dejado hacer en la vida. Y mira que me he dejado hacer cosas tontas. Por ejemplo: un alemán me metió repetidamente la cara entre las tetas de su mujer, a la que previamente había hecho levantarse de la cama tan sólo para que yo la conociera… ¿No es una cosa realmente tonta? Él bebía cerveza y la meaba, pero a mí me metió once copas de anís por el coleto. ¿Que cómo lo hizo? Era un tío grande y fuerte,  me sujetaba la barbilla y empujaba fieramente al mono, que era la marca del anís. (2007)
5.- La edad

Tengo demasiada edad para hacer tonterías, pero no tanta como para dejar de hacerlas. La honestidad es un camino a seguir, otro la belleza. (2003)

6.- Si procedemos de un pez, es lógico que acabemos siendo pescados.

Con la noticia de que venimos de un pez, la procedencia del hombre tiene una explicación complicada. Hay mucha gente aún que cree a pies juntillas en lo del soplo divino, pero existe una amplia mayoría que cree en la teoría de la evolución, donde se encuentra, por supuesto, la ciencia. Hasta tal punto ha calado esta teoría entre las masas que ya la ha asumido una buena parte de nuestros políticos. Incluso hay algunos de ellos que han intentado darles a los monos los mismos derechos que a los hombres. Pero, claro, si se los dan a los monos, ¿cómo se los van a negar ahora a los peces, que pueden ser finalmente nuestros ancestros? Y mientras tanto, los que mandan de verdad, que son los tiburones, se tronchan de la risa, se aprovechan cuanto quieren de nosotros y nos camelan con unas bolsas de cacahuetes, unas migas de pan, unas hojas de marihuana. He ahí por qué somos realmente pescados. (2013)

7.- El roce

Llegaban al barrio donde vivían. Venían de la playa en bañador. Ella sabía que le amaba. Él la amaba también, pero aún no estaba al corriente de este hecho... Ya sabéis que los hombres tenemos que pasar dos veces por el mismo sitio para enterarnos de la misa la media. La tarde era apacible y nada raro se presagiaba, hasta que se produjo aquel roce accidental. ¿Accidental? Bueno, hasta que se produjo aquel roce, con el que sus manos temblaron antes de dejar de respirar  y abandonarse del todo a la caricia. (2001?)

8.- Flecos de la Semana Santa

Por razones perfectamente explicables, pero de escaso interés para mis inmediatos propósitos, una de las procesiones más largas de esta España de playa y de saeta es la que, partiendo de diversas geografías, tiene su norte en Benidorm,  nueva Jerusalén que ha  invertido el concepto de la sal, fosilizado y sodomita, y ha erigido su templo y sus estatuas en la arena recurrente, el barro proceloso, el polvo innumerable. (1996)

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

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