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jueves, 15 de mayo de 2014

Dos lustros de rejas



Tomada de internet sin ánimo de lucro

Dos lustros de rejas

Hoy se han puesto de acuerdo las calendas
y he sabido por fin
las lunas inclementes que nos separan.
Detrás de su agonía –ya son lunas agónicas-
vendrán nuestras hadadas lunas de gozo.

Ello será al fin de una mágica aurora.
Habrán entrado los astros
                        en un solsticio de invierno.
Los árboles habrán temporizado su fisonomía
                         con blancos copos de nieve
y el fuego del hogar
habrá reunido a los Lares en cónclave.

En el cielo habrá fulgores de estrellas
que habrán poblado la sombra
                          de antorchas tintineantes
y dos ángeles amigos
-sometidos con nosotros a esta larga vigilia-
bajarán en angarillas la primera luna.
¡Miradla!

Todo pasará la noche en que se cumplan
                         dos lustros de abstinencia,
de naufragios repetidos del pensamiento,
de sueños depositados
                 en las alas de un pájaro invisible.

Los hombres velarán sus lánguidos desvelos.
Habrá tormentas cíclicas de un aire renovado.
Habrá banderas de júbilo
                          que solo verán nuestras mentes,
empedrados de flores adelantadas al tiempo,
caminos conectados al alba
                               por una atmósfera lírica.

Y al final, tu mano.
Tu mano saturada de caricias inefables.
Tu sed, tu boca ya sin bozo, tu poema libre…

Y tus ojos.
Tus ojos entregados, húmedos y dóciles,
abiertos a un amor de siglos.

Del libro de verso libre Azumbres de la noche (1993)

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

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