Buscar este blog

domingo, 21 de octubre de 2012

Desfalco de amor



Foto tomada de internet sin ánimo de lucro


 Entra en la Nueva página  www.mestrada.net Paisajes Literarios


Desfalco de amor

¿Qué importa el nombre si el delito es cierto?

Desde el silencio profundo de la noche, entre olor a jazmín y a soledad, presiento que alguien va a decirme que la palabra desfalco no es la más indicada para hablar de la infidelidad amorosa. Y yo estoy de acuerdo en que, tanto el desfalco en sí mismo como la percepción fónica de su nombre,  nos remite más bien a los arcanos indescifrables de la economía, de la contabilidad, de las finanzas… Y, concretamente, a los cuartos oscuros de la banca y de las grandes empresas. Porque, vamos a ver,  para que atraiga la atención del respetable, le impacte en los oídos y le llene bien la boca, un desfalco tiene que ser clamoroso, descomunal, apoteósico y pantagruélico. ¿A quién le podría interesar un desfalquillo menor, con todos los ingredientes domésticos al uso, salvo al pequeño comité de los implicados en el mismo?

Ahora bien, si nos atenemos exclusivamente al significado, yo creo que entre el desfalco y la infidelidad hay afinidades precisas y concluyentes. En ambos casos se traiciona la confianza. Con la diferencia, eso sí, de que  en el caso de la infidelidad se traiciona también el amor. Lo que quiere decir que quien practica la infidelidad comete dos graves delitos. O lo que es igual: un doble desfalco.

No obstante, reconozco que las afinidades desaparecen a la hora de aplicar el correspondiente castigo. ¿Por qué? Porque  un desfalco puede castigarse con la cárcel, por ejemplo, pero ¿cómo se castiga la infidelidad? Claro que, si se trata de buscar afinidades, podíamos decir que en los dos reos se da algún tipo de pena.

Desfalco de amor

Porque el recuerdo es punzante,
porque el cuchillo es dolor,
porque anulaste los cheques
de nuestra cuenta de amor.

Porque en la casa hace frío,
porque no corre el reloj,
porque en la cuenta de amarnos
se descubrió un polizón.

Yo soy autor del delito,
yo quebranté la ilusión,
yo tramité esa hipoteca
de culpas y de traición.

Así, por ese desfalco
de amor, que tanto lamento,
de día me azota el aire,
de noche me abate el viento.

Me duermo y tus ojos me atormentan,
despierto y me duele el desamor,
perdóname y vuelve con la vida
y dame la vida en el perdón.

La cama es un témpano de hielo,
la piel se me empapa de sudor,
regresa a sanar con el olvido
la herida que te hice en el amor.

Así, por ese desfalco
de amor, que tanto lamento,
despierto me quema el aire,
dormido me abrasa el viento.

De la serie “Poe-canciones”.

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

No hay comentarios:

Publicar un comentario